viernes, 14 de junio de 2013

Nuestras emociones sujetas al Espíritu Santo .





Gálatas 5:22-23¨ En cambio, el Espíritu produce amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,23 humildad y dominio propio. No existe ninguna ley en contra de esas cosas.¨ (PDT)
 

Las emociones son sensaciones dadas por Dios para experimentar el gusto o el disgusto. Las mismas son reacciones a estímulos internos o externos.

Las emociones constituyen una parte esencial de nuestra personalidad. La vida seria tediosa vivir sin emociones.

Con nuestras emociones podemos honrar a Dios o hacer daños a los demás y a nosotros mismos por eso debemos someterlas a la dirección del Espíritu Santo.
 

Nuestras emociones pueden ser clasificadas en tres:

Emociones Santas las experimentadas por Dios como compasión, gozo, e indignación santa y aquellas que acompañaron la vida en el Espíritu como la alabanza, adoración y exaltación. Estas emociones se derivan de reino de la luz y el Espíritu (Efesios 5:18-21, Colosenses 3:16-17,

Gálatas 5:22,23) y están de acuerdo con la sabiduría (Santiago 3:17,18) Estas son las emociones de Cristo en nosotros. Ellas no son necesariamente emociones pías o religiosas. Admirar una  flor o deleitarse en una música hermosa o enfocarte en la belleza y el bien, puede ser tan santo como ir a la iglesia. (Filipenses 4:8)

Emociones Humanas basadas en nuestra situación humana y el orden creado y compartido por Jesús durante su tiempo en la tierra. Esto incluye emociones como la pena, el dolor, miedo, abandono, tristeza y vulnerabilidad. Estas emociones están bien documentadas en los Salmos.

Para los cristianos estas son temporeras y en la eternidad no habrá más llanto ni dolor (Apocalipsis 21.4). Mientras estas emociones pueden sentirse mal, no son malignas ni tóxicas.

Ellas pueden ser dolorosas, pero no son venenosas.

 Emociones Carnales son venenosas y destructivas e incluyen emociones tóxicas como la malicia, la envidia, ambición egoísta, sensualidad, amargura, lujuria dominante y el odio homicida. Ellas están atadas con las obras de la carne y los deseos malvados. Su resultado es la muerte espiritual. Estas emociones no son parte de la humanidad en la Creación y no son “reacciones humanas naturales” (Por ejemplo la pena es una reacción natural pero la amargura es carnal. Uno puede tener una “pena buena” sin amargura. La amargura no es natural a la condición humana). Estas emociones se derivan del reino de la oscuridad y tienen su fuente en la sabiduría oscura. (Santiago 3:14-16).

 El Espíritu Santo responde diferente a cada una de estas categorías de emociones. El Espíritu Santo se regocija y nos ayuda cuando decidimos respuestas santas. El las produce en nosotros para que puedan ser llamadas justamente “el fruto del Espíritu” (Romanos 8 & 12, y Gálatas 5) por otro lado el Espíritu Santo nos consuela cuando las emociones humanas como el dolor nos sobrecogen (vea 2 Corintios 1). Finalmente El está determinado a romper la atadura de las emociones carnales como el odio, la lujuria y la venganza. De hecho el Espíritu Santo lucha contra estos impulsos para que no podamos totalmente ceder a nuestros perores deseos. (Gálatas 5:16-18). Entonces el Espíritu Santo produce emociones santas, conforta las emociones humanas sobrecogedoras y lucha contra las emociones carnales.

Podemos escuchar el llamado del Espíritu o podemos descartarlas en una rebelión carnal. Esto lleva a Pablo a decir que la mente puesta en la carne y sus emociones engañosas son “muerte” pero la mente puesta en el Espíritu con sus emociones Santas es “vida y paz (Romanos 8:5,6).

 
Padre celestial, ayúdanos a someter siempre nuestras emociones a la guía y gobierno de Tu Santo Espíritu en nuestras vidas  , para que a través de ellas podamos honrarte y bendecir a otros , te lo pedimos en el nombre de Jesús .Amen

                              www.elrehmadehoy.blogspot.com


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