Proverbios
1:24 ¨ Los llamé muy
a menudo pero no quisieron venir;
les tendí la mano pero no me hicieron caso.¨ (NTV)
les tendí la mano pero no me hicieron caso.¨ (NTV)
En algunos momentos
de nuestra vida pareciera que nos volvemos sordos y ciegos espirituales, porque
por más que Dios nos hable o nos haga señas, nosotros no le prestamos atención.
Y es que a veces por los diferentes afanes de la vida, quizá por tu rutina monótona o quizá por la cantidad de problemas que miras a tu alrededor se nos escapa ponerle atención a la voz de Dios en nuestra vida o a sus múltiples señales que nos hablan de que El está más cerca de nosotros de lo que creemos.
Y es que a veces por los diferentes afanes de la vida, quizá por tu rutina monótona o quizá por la cantidad de problemas que miras a tu alrededor se nos escapa ponerle atención a la voz de Dios en nuestra vida o a sus múltiples señales que nos hablan de que El está más cerca de nosotros de lo que creemos.
Estoy seguro que
Dios te habla, te susurra al oído, pero muchas veces nuestros oídos están tan
saturados de voces extrañas y ajenas a Dios, que nos es casi imposible
escucharlo.
También estoy
seguro que Dios te hace señales de que está contigo, aun cuando no lo percibes,
El es quien el otro día te bendijo y quizá ni lo notaste, pensaste que era pura
“suerte” o que amaneciste de buenas o que esa persona quiso hacer eso porque te
aprecia, cuando realmente fue el mismo Señor quien provoco que todo se diera
tal y como se dio. No fue casualidad, no fue suerte, simplemente fue una señal
más de Dios a tu vida y que nuevamente no percibiste.
Dios quiere que
cada uno de nosotros estemos atentos a sus palabras, El anhelo de Dios es que
podamos tener un corazón sensible a su
presencia, unos oídos audibles a su voz, una vista presta a sus señales y una
vida rendida a su voluntad.
Es hora de comenzar
a escuchar lo que Dios nos está diciendo desde hace tiempo, es momento de
prestar atención a sus planes para nuestra vida, ya es hora de que dejemos de
pensar en nuestros propios planes y comencemos a obedecer a los planes de Dios
para nuestra vida, porque sin duda son mucho mejores que los nuestros.
Ya no huyas mas, no
disimules mas, es contigo, y solamente contigo, lo que Dios tiene contigo es algo
muy personal, esa relación tan estrecha entre tú y el tiene que ser fortalecida
a través de la atención que tienes que prestar a sus palabras y sobre todo al
estar atento a sus señales.
Padre celestial, silencia todas las voces contraria a ti que
nos impide escucharte y seguir tus instrucciones, te lo pedimos en el nombre de
Jesús .Amen
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