Proverbios 14:30 ¨La mente tranquila es
salud para el cuerpo,
pero la envidia causa enfermedades.¨
pero la envidia causa enfermedades.¨
La envidia es
el sufrimiento, el pesar, la amargura que siente una persona cuando a su
prójimo le va bien en cualquier área de la vida.
La envidia
es una enfermedad del alma ligada a la codicia, a la avaricia, a la ingratitud,
al descontento.
El envidioso
le busca defectos a los bienes, a las bendiciones y a las cualidades de sus
hermanos, de sus amigos, de sus vecinos,
de sus compañeros de trabajo, de sus autoridades, de sus familiares y esto
lleva al envidioso a hablar mentiras de los demás.
Donde hay envidias
se puede encontrar toda clase de maldad.
Si te ha hecho
un auto evaluación y has detectado que en ti hay envidia, Dios desea sanarte y liberarte
de esta atadura espiritual.
Primero debes
acercarte a Dios, confesarle tu problema
y permitirle que El comiences a realizar la sanidad de tu alma.
Luego de ser
sanado y liberado debes poner en práctica los siguientes pasos para mantenerte
lejos y libre de la envidia.
A)
Déjate de compararte
con los demás: La comparación es la raíz de toda envidia, debes entender
que eres único, Dios te hizo especial y cuando te hizo rompió el molde, por lo
tanto no eres comparable a nada.
B)
Empieza a disfrutar
de la gracia de Dios hacia otros: debes deleitarte en la gracia de Dios,
cuando veas que Dios está siendo bueno y bondadoso con otros. Aprende a
disfrutarlo en vez de resentirlo.
C)
Se agradecido con
lo que tienes: En lugar de enfocarte tanto en lo que no tienes y en lo
que no pasó, se agradecido por lo que tienes.
D) Mantente enfocado en el plan que Dios tiene para
ti
: Enfócate en el plan de Dios para tu vida . No te distraiga con lo que está
pasando en la vida de otros. Concéntrate en la voluntad de Dios para tu vida.
Recuerda que
los pensamientos, planes, proyectos de Dios para ti son de paz y bienestar para
darte el futuro que tanto anhelas.
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