Santiago 5:16-17 “La oración del justo puede
mucho. Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró
fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años
y seis meses”
La oración
es un arma poderosa que Dios nos instruye a utilizar. Aún así, muchos creyentes
oran y no obtienen resultados. ¿A qué se debe? A que oran sólo porque es
apropiado, o porque se acostumbraron a hacerlo en el culto de la iglesia. ¡Si
esa ha sido su actitud, entonces cámbiela ahora mismo! Comience a considerar
seriamente la oración. Comience a orar para obtener resultados.
La Palabra dice en Hebreos 4:16 que nos
acerquemos confiadamente al trono de la gracia para recibir. Esto es lo que
hizo Elías, se movió poderosamente a través de la oración esperando los
resultados. Así también nosotros debemos utilizar esta arma y creer que la
oración puede mucho.
En estos versículos
encontramos tres claves para la oración productiva:
La primera clave que encontramos en el libro de Santiago es
que la oración es eficaz.
Es decir, tiene fuerza, es eficiente. Al orar en acuerdo a la Palabra de Dios
permaneciendo en su voluntad, sabemos que obtenemos lo que pedimos. Para lograr
la eficacia no sólo se requiere creer, sino también direccional la oración.
Cuando ore, sea específico. Si usted necesita sanidad, busque en la Palabra los
versículos que certifican que esta le ha sido otorgada. No ore en general:
“Dios, tú conoces todas mis necesidades” Su pedido debe ser especifico para que
su respuesta sea concreta.
En segundo lugar es importante orar fervientemente, así como lo dice en el
versículo 17 acerca de Elías. Muchos cristianos oran casi con lastima, y Dios
nos enseña que debemos orar de otra manera: Con un fuerte deseo, con fervor,
entusiasmo, pasión. Recuerde que las batallas se libran en el espíritu.
Tercero, nuestra oración debe tener un sentido de justicia. La
palabra de Dios dice que la oración del justo puede mucho. Despójese de los
remordimientos del pecado, Dios es su Padre y ya lo perdonó, por tanto, acérquese a Él como un heredero y
reciba la respuesta a su oración.
En San Juan
15:7, Jesús nos promete que si permanecemos en Él, lo que pidamos nos será
hecho. Así como los músicos entonan antes de tocar una canción, nosotros
debemos entonar nuestras vidas y estar en sintonía con el Padre celestial, y
entonces así estaremos posicionados para recibir lo que pidamos en nuestras
oraciones. Jesús intercede por nosotros ante el Padre y recibiremos si hacemos
las cosas que son agradables para Él.
Padre Celestial, ayúdanos a orar de la
manera correcta. Queremos estar en armonía contigo para realizar tu voluntad.
En el nombre de Jesús, Amén
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