Salmos 103:2¨ ¡Bendice, alma mía, al
Señor, y no olvides ninguna de sus bendiciones!
Muchas
veces las presiones de la vida, las adversidades y problemas nos impiden
agradecer al Creador y Sustentador nuestro Jehová Dios por todo lo que El
continuamente está haciendo a nuestro favor.
Por
eso el salmista David entra en un dialogo consigo mismo y le dice a su alma ¨ ¡Bendice,
alma mía, al Señor, y no olvides ninguna de sus bendiciones! ¨.
Porque
el sabia que Dios constantemente le
otorgaba ¨beneficios o bendiciones ¨.
No permitas
que las quejas, las circunstancias de la
vida, te hagan olvidar las bendiciones que el Dios Altísimo cada segundo de tu
vida te da.
Que
no sea solamente en tu vida un día designado al año para expresar tu gratitud hacia Dios sino todo
lo días de tu existencia.
Comienza
dando gracias por las pequeñas cosas hasta mencionar las grandes cosas que Dios ha hecho contigo y hará
en tu vida.
Las quejas ponen cerrojos a las puertas
de las bendiciones mientras la gratitud ensancha el camino y nos posiciona para
recibir mayores y mejores cosas.
Gracias
Padre celestial por todas las cosas que has hecho, haces y hará en nuestras vidas.
Gracias
por Jesús porque por El tenemos entrada libremente ante el trono de tu gracia.
Gracias
por Tu Santo Espíritu quien es nuestro gran Consejero y quien nos guía a toda
verdad y justicia. Amen
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