Filipenses 3:12¨No quiero decir que ya haya logrado estas cosas ni que ya haya alcanzado
la perfección; pero sigo adelante a fin de hacer mía esa perfección para la
cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo.¨ (NTV)
La resiliencia es la
capacidad para afrontar la adversidad y lograr adaptarse bien ante las
tragedias, los traumas, las amenazas o el estrés severo.
Ser resiliente no significa no
sentir malestar, dolor emocional o dificultad ante las adversidades.
El camino que lleva a la resiliencia
no es un camino fácil, sino que implica un considerable estrés y malestar
emocional, a pesar del cual las personas sacan la fuerza que les permite seguir
con sus vidas frente la adversidad o la tragedia.
La resiliencia no es algo que una
persona tenga o no tenga, sino que implica una serie de conductas y formas de
pensar que cualquier persona puede aprender o desarrollar.
Características
de las personas resilientes
Las personas
resilientes poseen tres características principales: saben aceptar la realidad tal y como es; tienen una profunda creencia
en que la vida tiene sentido; y tienen una inquebrantable capacidad para mejorar.
El estilo de pensamiento de las
personas resilientes se caracteriza por ser realista, exacto y flexible.
Cometen menos errores de pensamiento (como la exageración o sacar conclusiones
precipitadamente, sin evidencias que las corroboren) e interpretan la realidad
de un modo más exacto que las personas.
Las personas más
resilientes:
·
Tienen una mejor autoimagen
·
Se critican menos a sí mismas
·
Son más optimistas
·
Afrontan los retos
·
Son más sanas físicamente
·
Tienen más éxito en
el trabajo o estudios
·
Están más satisfechas con sus
relaciones
·
Están menos predispuestas a la
depresión
Qué contribuye a que una persona sea más resiliente
·
El apoyo emocional es uno de los
factores principales. Tener en tu vida personas que te quieren y te apoyan y en
quien puedes confiar te hace mucho más resiliente que si estás solo.
·
Permitirte sentir emociones
intensas sin temerlas ni huir de ellas, y al mismo tiempo ser capaz de
reconocer cuándo necesitas evitar sentir alguna emoción y centrar tu mente en
alguna distracción.
·
No huir de los problemas sino
afrontarlos y buscar soluciones. Implica ver los problemas como retos que
puedes superar y no como terribles amenazas.
·
Tomarte tiempo para descansar y
recuperar fuerzas, sabiendo lo que puedes exigirte y cuándo debes parar.
·
Confiar tanto en ti mismo como en
los demás.
En resumen,
Dios nos ha dotado de esta capacidad para afrontar las adversidades de la vida
y salir victorioso, sobre todo cuando nuestra confianza reside en Él y nos
aferramos a sus promesas.
No tengas
temor de los vientos contrarios, desarrolla la resilencia en tu vida
porque en su momento, veras grandes resultados.
Gracias
Padre celestial por desarrollar en mi la resilencia, la cual me prepara para ir
de gloria en gloria y triunfo en triunfo a través de la obra de Cristo en mi
vida , gracias en el nombre de Jesús .Amen